¿Puede el orgasmo ayudarte a quedarte embarazada?

 

Esta es una duda muy habitual pero que casi nadie acaba preguntando a los ginecólogos. Probablemente por todo el tabú que hay alrededor de la sexualidad femenina, y del orgasmo en general.

 

Parece que es aceptable preguntar sobre temas específicos de fertilidad, pero no tanto sobre la parte más “recreativa” de la sexualidad.

 

Vamos a ver si podemos aclarar algunos conceptos.

 

Es obvio que es posible quedarse embarazada sin que la mujer llegue a tener un orgasmo.

 

Pero la gran pregunta es si el orgasmo femenino podría favorecer la fertilidad y la posibilidad de embarazo.

 

Algunos estudios sugieren que existe una correlación entre el orgasmo femenino y el éxito en la fertilidad, pero se trata de estudios bastante antiguos que han sido, de alguna manera, matizados posteriormente.

 

A nivel científico, pues, no está  del todo claro si el orgasmo femenino puede o no ayudar a la fertilidad.

 

Aun así, la noción de que los orgasmos femeninos facilitan la concepción sigue viva como uno de los mitos de fertilidad más generalizados, tanto entre hombres como entre mujeres.

 

Y, en muchos casos, entre los propios profesionales de la fertilidad. Puede que alguna razón haya detrás de esto.

 

El orgasmo femenino y su utilidad fisiológica

Se ha estudiado el propósito del orgasmo femenino en los seres humanos durante mucho tiempo. Algunos teorizan que solo aporta diversión, mientras que otros dicen que definitivamente ayuda a la concepción.

 

Si los orgasmos femeninos pueden ayudar a concebir, ¿cuál podría ser el mecanismo?

 

Veamos algunas de las teorías sobre los orgasmos femeninos. Hay tres hipótesis principales sobre cómo el orgasmo femenino puede ayudar a quedarse embarazada.

 

Hipótesis de la polea

Propuesta por el zoólogo Desmond Morris en 1967, esta hipótesis dice que el propósito de los orgasmos femeninos es cansar a las mujeres. De esta manera, las mujeres permanecían más tiempo tumbadas después del acto sexual, lo que facilitaría que los espermatozoides llegaran a su destino.

 

Sin embargo, varios estudios posteriores no han sido concluyentes sobre la relación directa entre el permanecer tumbadas y la fertilidad. Sí es cierto que existe, al menos uno, que identificó que las mujeres que permanecían en posición horizontal después de la inseminación tenían más probabilidades de concebir.

 

Teoría de la succión

Esta hipótesis  es sin duda la más extendida. Se basa en que las contracciones del útero durante el orgasmo femenino podrían ayudar a «succionar» el semen que se deposita en la vagina, cerca del cuello uterino. Eso ayudaría a mover los espermatozoides a través del útero y las trompas de Falopio.

 

Varios estudios llegaron a concluir que cuando el orgasmo femenino ocurría un minuto o menos antes de la eyaculación masculina, la retención de esperma era mayor. Por lo tanto, en estos casos, aumentaban las probabilidades de embarazo.

 

Por otro lado, se hizo un experimento con esferas de látex del tamaño de la cabeza de un espermatozoide colocadas en la vagina. Se encontró que en las mujeres que tuvieron orgasmos, las contracciones uterinas fueron capaces de desplazar las esferas de látex con más facilidad hasta las trompas.

 

Este es el lugar dónde los espermatozoides deben llegar para encontrar el óvulo y que ocurra la fecundación.

 

Otros trabajos sirvieron para corroborar que gozar de múltiples orgasmos aumentaba la probabilidad de que los espermatozoides llegaran al óvulo, mejorando las opciones de fertilidad.

 

Pero… ¿Y si el orgasmo de la mujer sucediera después de la eyaculación masculina?

 

Los investigadores encontraron que si la mujer tenía un orgasmo hasta 45 minutos después del mismo la retención de esperma es mayor. Sin embargo, este estudio no analizó las tasas finales de embarazo.

 

En caso de que las tasas de embarazo fueran más altas con el orgasmo femenino, no estaría claro cuánto.

 

Teoría evolutiva

Por último, existe otra teoría sobre por qué existe el orgasmo femenino. Esta teoría postula que los orgasmos femeninos alguna vez fueron importantes para la concepción. Sin embargo, matiza que, como otras cosas en el cuerpo humano, hoy en día ha dejado de tener un papel tan vital.

 

La idea surge del hecho de que algunos mamíferos -como los gatos- si no copulan no ovulan. Y se cree que, de alguna manera, el orgasmo femenino podría haber sido el estimulador de la ovulación femenina en un origen.

 

La estimulación del clítoris induce sensaciones de placer junto con la liberación de hormonas y contracciones musculares. Estas hormonas y contracciones podrían haber provocado que los ovarios liberaran un óvulo en humanos ancestrales.

 

A medida que los humanos han evolucionado y la ovulación ha comenzado a ocurrir con regularidad y sin estimulación sexual, el clítoris se alejó más del canal vaginal. Esto no significa que el orgasmo femenino no tenga un propósito en la concepción, pero sí implica que su importancia habría disminuido considerablemente.

 

Hoy en día, la ovulación ocurre con una frecuencia mensual, independientemente de que la mujer tenga relaciones sexuales o no.

 

Frecuencia de orgasmos y potencial de fertilidad

Todavía hoy no existe un estudio que vincule directamente el orgasmo femenino con la concepción. Sin embargo, resulta interesante un estudio sobre la conexión entre la tasa de orgasmos de una mujer y la cantidad de hijos que tiene.

 

El estudio se realizó con 8.000 mujeres gemelas.

 

Se preguntó a las participantes con qué frecuencia tenían relaciones sexuales, la frecuencia de sus orgasmos, si tenían dificultades para alcanzarlo y, finalmente, cuántos descendientes biológicos tuvieron.

 

Los investigadores encontraron que existía una correlación débil pero significativa entre la tasa de orgasmos y el número de descendientes. Sin embargo, una vez que se tuvieron en cuenta los factores ambientales, esa conexión desapareció.

 

Tampoco parecía haber una conexión genética entre la tasa de orgasmos y las tasas de fertilidad. Según este estudio, la capacidad (o incapacidad) para llegar al orgasmo no afectaba suficientemente a la fertilidad.

 

Juegos previos y fertilidad masculina

En algunos estudios se ha demostrado que los juegos previos más prolongados y un mayor nivel de excitación sexual antes de la eyaculación aumentan el recuento de espermatozoides.

 

Al parecer, tomarse el tiempo para llevar a una mujer al orgasmo puede mejorar los parámetros del semen. Tanto los humanos como algunos animales practican sexo oral, lo que podría suponer que tiene poco que ver con la reproducción.

 

Sin embargo, los estudios concluyeron que la realización del cunnilingus aumentaba el volumen de semen producido por el hombre durante las relaciones sexuales posteriores.

 

Orgasmos: ayuda indirecta a la fertilidad

De lo que no hay duda es de que los orgasmos pueden ayudar a la fertilidad de forma indirecta. El placer tiene un efecto directo sobre la producción de hormonas del estrés y sobre la liberación de la hormona oxitocina.

 

Ambas cosas, desde la visión más teórica, suponen ventajas a la hora de concebir.

 

Sí existen numerosos ensayos que demuestran el efecto nocivo del estrés para la fertilidad (link a post anterior).

 

Un orgasmo libera de forma natural enormes cantidades de sustancias químicas que hacen que la mujer se sienta bien. Su cuerpo estará menos nervioso y menos estresado. Y la oxitocina liberada durante el acto sexual no depende del orgasmo en sí, sino del hecho de disfrutar del sexo.

 

Es importante mencionar que lidiar con problemas de fertilidad e intentar quedar embarazada son situaciones suficientemente estresantes en sí mismas. Y la búsqueda continuada del orgasmo en cada relación sexual puede suponer un componente aún más estresante para la pareja.

 

Por esta razón, y dado la falta de consenso científico, desde aquí nos decantamos por recomendar el encuentro íntimo entre la pareja, el disfrute de los sentidos y la segregación de hormonas del placer como principal motor para la fertilidad.

 

Y si el orgasmo llega, que sea bienvenido. Pero si no llega, que no sea fuente de frustración.

 

Estímulo, placer, estrés, oxitocina… Todo forma parte de una compleja orquesta en la que cada instrumento tiene su lugar y su función: todo suena muy bien si sucede al unísono pero cada instrumento, por sí solo, no sólo es necesario sino que brilla con su propia luz.

 

Desde la parte más espiritual, de forma similar a lo que ocurre con las hormonas, el íntimo y placentero acto sexual de una pareja genera  toda una serie de energías.

 

En los casos en los que las parejas se ven forzadas a recurrir a procesos de reproducción asistida, se recomienda tener relaciones sexuales previamente a las transferencias. Se intenta conseguir reproducir en la medida de lo posible, todo aquello intangible que de forma natural se daría antes de una fecundación natural.

 

Sin duda, un apoyo más a los misteriosos y complejos mecanismos de la fertilidad.

 

 

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