Macroguía para tener una microbiota sana y mejorar la fertilidad (parte 1)
La microbiota juega un papel esencial en la fertilidad, tanto en la femenina como en la masculina.
Hemos visto que hay distintos estudios científicos que corroboran su importancia, y que, a pesar de que todavía falta ampliar esta literatura científica, las evidencias empiezan a ser claras. Es importante mantener un equilibrio de la flora, tanto en hombres como en mujeres.
Pero… ¿Qué puedo hacer para mantener una buena microbiota?
Vamos a darte algunas ideas para saber cómo es una microbiota sana y equilibrada.
Cómo es una buena microbiota vaginal
La vagina tiene un pH específico muy concreto. En la adolescencia, con la maduración sexual, se producen una serie de secreciones con los nutrientes necesarios para el crecimiento de los Lactobacillus que deberán predominar en estas mucosas.
Estas bacterias son, precisamente, las encargadas de conservar un pH óptimo que mantendrá a raya el crecimiento excesivo de otras bacterias no tan interesantes (como la Gardnerella Vaginalis o la Candida Albicans, entre otros).
Cómo medir la microbiota vaginal
El pH vaginal cambia a lo largo de la vida de una mujer y es muy importante tenerlo en cuenta. Este pH se puede medir con tiras reactivas de tornasol disponibles en farmacias. En un escala del 1 al 14, un 7 sería un pH neutro. De 7 para arriba sería un pH más alcalino, y hacia abajo sería un pH ácido.
Cómo cambia la microbiota vaginal durante el ciclo femenino
Como hemos visto, la microbiota vaginal va cambiando durante el ciclo. Hay unos parámetros en los que se mueve el pH:
Antes de la primera regla, el pH oscila entre un 6,8 y 7,2.
En los días antes de la menstruación: entre 3,8 y 4,2.
El resto del ciclo: entre 4 y 5.
Durante la menstruación, recupera los mismos valores que durante la infancia, entre 6,8 y 7,2.
Durante el embarazo: algo menos a 4.5
Durante la menopausia: valores próximos a 7.
Cómo es la microbiota seminal masculina
Se sabe que, si bien la microbiota genital femenina comparte el 85% de las especies bacterianas con la microbiota seminal, esta es más rica y más diversificada.
El mecanismo de acción del equilibrio entre microorganismos a través del nivel de pH es compartido pero, por desgracia, poco o nada se ha estudiado sobre la evolución en la composición de la microbiota del semen masculino, con la relevancia que puede llegar a tener ante los procesos de fertilidad fallidos.
Quizá haya temas culturales detrás, pero es, sin duda, un capítulo pendiente que ahora está comenzando a ser estudiado.
Suplementación de probióticos para la microbiota femenina y masculina
Como hemos mencionado anteriormente, los probióticos son microorganismos vivos, como las bacterias, que no son perjudiciales para nuestro cuerpo.
Suministrados en dosis adecuadas y supervisado por un terapeuta especialista, los probióticos ayudan a conservar la flora vaginal y seminal evitando y disminuyendo las infecciones.
Los lactobacilos predominantes en vagina son Lactobacillus Crispatus, L. iners, L. Jensenii y L. Gasseri.
En el semen son Lactobacillus spp., Staphylococcus, Streptococos, bacterias corineformes y varios microorganismos anaerobios.
Las afecciones más comunes que alteran la flora vaginal están causadas por hongos y en los hombres la E. Coli.
Ambas consiguen sustituyen o anular la función defensiva de los lactobacilos.
En estos casos, los lactobacilos que suministran los probióticos se adhieren a las mucosas. Estos disminuyen el pH de los tejidos, evitando la proliferación de más gérmenes.
Por tanto, los probióticos son muy útiles cuando hay una infección en las zonas íntimas, pero también se pueden utilizar como una herramienta preventiva.
Sistema inmune común de las mucosas
Todas las mucosas del cuerpo tienen unas características parecidas: sus tejidos son similares, todas segregan algún tipo de fluidos defensivos y están colonizadas por una serie de bacterias, la microbiota, que posibilitan que hagan sus labores inmunológicas correctamente.
Lo interesante es que todas las mucosas del cuerpo están conectadas entre sí. Se comunican. Todas ellas forman el sistema inmune común de las mucosas.
Y esto es importante porque si queremos tener una microbiota saludable en la boca, en la vagina o en el aparato reproductor masculino será importante que el principal tejido mucoso esté también sano.
Si no es así, la alteración de éste puede llegar a afectar al nivel de tolerancia inmunológica del resto de mucosas. Y el principal tejido mucoso en el cuerpo, por extensión es el intestino.
En este sentido, la microbiota intestinal se corona como punta de lanza en todos los tratamientos que intenten mejorar el estado de todas las demás mucosas.
Cómo afecta la microbiota intestinal a la microbiota vaginal o seminal
La disbiosis intestinal produce inflamación en el propio intestino pero, a su vez, afecta de forma sistémica a su huésped:
– Repercute en el metabolismo de los nutrientes, en cómo absorbemos lo que comemos.
– Aumenta la permeabilidad intestinal permitiendo un exceso de paso de sustancias nocivas al torrente circulatorio.
– De lo anterior se deriva un ambiente sistémico pro-inflamatorio y una disfunción del sistema inmunológico que puede llegar a afectar de muy diversas maneras al individuo. Sí, la fertilidad también.
Por todo ello se dice que la disbiosis intestinal puede dar lugar a enfermedades crónicas metabólicas, neurológicas, autoinmunes, inflamatorias, neoplásicas, etc.
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Por lo tanto, su cuidado formará parte de las recomendaciones que te ofrecemos para mejorar el estado de la microbiota.
En la segunda parte de esta macroguía sobre cómo mantener una buena microbiota te descubrimos los consejos prácticos que te ayudan a conservar sana la microbiota para promover la fertilidad.
Referencias
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