El acompañamiento en la fertilidad: las mujeres somos biológicamente distintas
La diferencia entre hombres y mujeres es bastante evidente. Somos biológicamente distintas del género masculino. Pero no por eso debemos caer en la trampa de pensar que lo que nos pasa a nosotras también les pasa al resto de mujeres.
Cuando hablamos de fertilidad tenemos que tratar de ser muy cautas con ese sentir. Y sobre todo, no dejar que las comparaciones nos afecten.
Cada mujer es biológicamente irrepetible. Al igual que no hay dos mentes iguales, tampoco hay dos cuerpos idénticos.
Y aunque el acompañamiento en la fertilidad es de por sí algo positivo, vamos a tratar el tema en profundidad este artículo. Tratando de diferenciar lo que nos conviene de lo que no nos beneficia tanto.
¿Es bueno hablar sobre la fertilidad con otras mujeres?
Somos seres sociales y nos comunicamos mediante el lenguaje. Eso nos diferencia de la mayoría de los animales: no podemos pasar sin compartir con otros lo que nos pasa o cómo nos sentimos.
De hecho, la base de nuestro aprendizaje es a través de la imitación de las personas que nos rodean. De nuestros similares. Nos ayuda a aprender, madurar y en general a enfrentarnos a la vida.
Pero no lo hacemos con cualquiera. Cuando queremos desahogarnos, elegimos bien a quien le contamos lo que nos pasa y nuestros deseos y anhelos.
Es por ello que solemos escoger a gente muy afín a nosotras o que está pasando por lo mismo. En el caso de los temas de fertilidad, buscar ese acompañamiento, compartir con otras mujeres nos ayuda a sentirnos más comprendidas.
Hay un término, sororidad, que significa amistad o afecto entre mujeres, que describe precisamente esto. Creamos una especie de tribu con aquellas que ya han pasado o están pasando por un embarazo o un tratamiento de fertilidad.
Y es lógico hacerlo.
Por un lado nos ayuda a sentirnos acompañadas. Nos sentimos comprendidas y nos gusta que nos cuenten cómo lo hicieron otras. Nos parece información muy valiosa y además nos da la sensación de que nos entienden perfectamente.
La otra cara de la moneda es que cada mujer es diferente. Cada cuerpo es completamente distinto. Y lo que funciona para una, no lo hace igual en otra.
Por eso hay que tener mucho cuidado con esa información. Necesitas evitar comparaciones.
Los tiempos para unas son diferentes que para otras. Los tratamientos que funcionan en algunos casos, en otros no tanto. Los síntomas o efectos secundarios que pueden provocar tampoco son comparables. Por no hablar de las emociones. Eso sí que es una ruleta.
Demasiados factores a tener en cuenta. Tantas historias como mujeres hay en el mundo. Por eso nuestra recomendación es que evites los consejos y las comparaciones (o que no los tomes como algo inamovible).
Cada mujer vive su fertilidad de manera diferente. No hay una forma buena ni mala. Somos distintas y únicas. Y eso es maravilloso.
Qué hacer para evitar las comparaciones
Como ya hemos comentado, el buscar el acompañamiento en la fertilidad es algo inevitable. Lo llevamos en el ADN.
No solo somos seres sociables sino que nos encantan las historias. Y la curiosidad es innata. Y no es malo sentir que formamos parte de un grupo.
Pero lo importante es saber detectar cuándo nos está perjudicando y alejarlo de nuestra vida. Se trata de gestionar correctamente nuestras expectativas.
Buenas y malas experiencias vividas por las mujeres que nos acompañan en la fertilidad
Aunque suene a topicazo: no hay dos embarazos iguales. Ni tampoco dos tratamientos de fertilidad.
Cuando alguna otra mujer te cuente algo sobre cómo fue su experiencia durante su embarazo, cómo logró concebir, qué método de control utilizó o cómo vivió su proceso de fertilidad, párate un minuto a reflexionar qué sentimiento te genera esa información que te están dando.
Es fundamental que escuches a tu propio cuerpo. Es el único indicador para saber si te viene bien o mal esa información sobre otros casos.
¿Te provoca mariposas en el estómago? Puede ser de ilusión. Y eso es positivo, siempre y cuando no te genere falsas esperanzas.
Si te das cuenta, en medicina siempre se habla de porcentajes de probabilidad. Porque no hay manera de saber científicamente qué funcionará mejor en tu caso.
Si por el contrario te hablan de una mala experiencia, párate a pensar de nuevo. ¿Eso tiene porqué pasarte a ti? De nuevo, no tiene por qué.
Todas tenemos alrededor, en nuestro entorno de confianza, a mujeres con más experiencia y con un montón de consejos para evitar síntomas, predecir tu mejor momento para concebir, trucos para que la alimentación te ayude, etc.
Si sientes que toda esa información no sirve en tu caso, agradéceles sus intenciones pero gestiona tú misma qué hacer con toda esa información. Descarta lo que no te haga sentir cómoda.
La mejor manera de afrontar el acompañamiento en la fertilidad
La mejor alternativa, en caso de duda, es que consultes a un especialista.
Seguro que cuando hables con él derribará un montón de mitos y “cuentos de viejas”. Y si considera necesario que cambies tus hábitos o tu alimentación o si necesitas pasar por un tratamiento, será la única persona de quien debas seguir su consejo.
Te realizará pruebas y hará un seguimiento. Son indispensables para ver como reacciona y evoluciona tu caso. Precisamente de eso se trata. De tu caso. De tu ciclo vital. El de ninguna otra.
¿Y qué pasa con los libros? Por supuesto que también puedes apoyarte en libros durante tu proceso de fertilidad. Casi todas las mujeres lo hacen. Y en general están bien documentados y nos ayudan a saciar esa sed de información que lógicamente tenemos.
Pero si leyendo uno de esos libros sientes la más mínima inquietud, pregunta al especialista.
Tanto el miedo como las falsas expectativas te están provocando sentimientos que no te ayudan ni física ni emocionalmente. Trata de aplacarlos.
¿Significa esto que tenemos que encerrarnos en una burbuja?
En absoluto. El sentirnos acompañadas y comprendidas nos hace sentir bien. Lo necesitamos. Así que por supuesto que debes intercambiar con otras mujeres tus inquietudes o dejar que te aconsejen.
Solo te pedimos que estés alerta y escuches las señales de alarma que tanto tu cuerpo como tu mente te lanzan. Y que no dejes que lo negativo te influya.
A algunas mujeres les costará más conseguirlo. A otras mucho menos. ¡Lógico! Somos tan diferentes en todos los aspectos… Eso es lo que debes tener siempre en mente.
Si aún tienes dudas o buscas un centro donde el acompañamiento en la fertilidad forme parte de su filosofía de trabajo, ven a conocernos.